Artritis psoriásica y trabajo
Reproducción nota de la fundación “artritispsoriásica.org”
Si tengo artritis psoriásica, ¿puedo trabajar?
Trabajar con artritis psoriásica es posible si la enfermedad no se encuentra en un estadio demasiado avanzado y esta controlada con el tratamiento.
El paciente con Artritis psoriásica deberá adaptar su trabajo a las necesidades derivadas de la enfermedad. Es fundamental hablar con el reumatólogo y el fisioterapeuta para ver cómo debes proteger las articulaciones y evitar lesiones.
La artritis psoriásica, ¿puede ser motivo de baja laboral?
Dependerá del tipo de trabajo, de la intensidad de la enfermedad y lo controlada que esta última esté. En cualquier caso, sí puede ser motivo de baja laboral transitoria, mientras se espera que el tratamiento haga efecto y que la artritis psoriásica mejore.
Cuando ya existe daño articular y limitación funcional, en ocasiones, puede ser necesaria la invalidez permanente.
Consejos en el trabajo
Compatibilizar la artritis psoriásica con el trabajo puede resultar, a menudo, complicado. Cada vez existen más pruebas de que un tratamiento efectivo puede ayudar a mantener el lugar de trabajo, sin embargo, es fundamental que tu entorno laboral comprenda tu enfermedad, tus derechos y necesidades.
Estas recomendaciones te ayudarán a convivir mejor con la artritis psoriásica en el trabajo y a mejorar tu efectividad y productividad:
Reunión con tu jefe.
Reunite con tu superior y explicale cómo la artritis psoriásica puede afectar en tu rendimiento, tu necesidad de compatibilizar el trabajo con las visitas al médico y si necesitás utilizar dispositivos específicos. Esta reunión es importante para dejar claras tus necesidades y no solo será beneficiosa para vos sino también para la empresa.
Escritorio de trabajo y computadoras
Adaptá tu lugar de trabajo: Realizá pausas a lo largo del día para caminar y reducir el dolor y la rigidez de las articulaciones. Si necesitas adaptar tu lugar de trabajo con dispositivos especiales para no tener que llevar a cabo tareas físicas que empeoren tu estado, habla con tu superior. Aquí tienes algunos ejemplos de recursos que podrías necesitar:
- Realizar un horario más flexible.
- Sustituir el ratón por un Track Pad.
- Utilizar otra clase de teclado.
- Cambiar la posición y ajustar la altura de la pantalla de la computadora, según tus necesidades.
- Ajustar la altura de la silla y/o del escritorio.
- Solicitar ayuda si tienes que levantar objetos pesados.
Organizate:
Programá las visitas médicas a primera hora o a última hora del día, para estar menos tiempo fuera del trabajo.
Si tenés varias visitas o debés someterte a exámenes médicos, considerá la opción de pedir un día libre en el trabajo y concentrar en él todas las visitas.
Si tomas varios medicamentos durante el día, asegurate de tener una dosis de repuesto en la oficina, por si un día olvidas la medicación en casa.
Mantená una actitud positiva:
Tratá de evitar el estrés laboral que podría empeorar tu estado.
Estar informado sobre tu enfermedad y conocer tus necesidades, derechos y recursos disponibles en el lugar de trabajo te ayudará a estar más relajado/a e influirá positivamente en tu actitud.