El Dr. Oscar Rillo nos cuenta y despeja todas nuestras dudas acerca de la ARTROSIS en esta Charla Abierta a la Comunidad. Coordinaron la charla el Dr. Victor Caputo y la Dra. Flavia Ceballos ¡En esta nota el video completo de la charla la charla!
El Dr. Oscar Rillo nos cuenta y despeja todas nuestras dudas acerca de la ARTROSIS en esta Charla Abierta a la Comunidad. Coordinaron la charla el Dr. Victor Caputo y la Dra. Flavia Ceballos ¡En esta nota el video completo de la charla la charla!
Desde la Sociedad Argentina de Reumatología queremos enviar un mensaje de tranquilidad a los pacientes adultos y a los padres de niños con enfermedades reumáticas.
El coronavirus (Covid-19) es un virus principalmente respiratorio, que puede generar síntomas similares a la gripe común, siendo los más frecuentes fiebre, tos y en algunos casos falta de aire.
Se deben tomar medidas similares que con otros virus respiratorios; lavado de manos frecuente, evitar tocarse boca, nariz y ojos, cubrirse boca y nariz con el codo flexionado o con un pañuelo desechable al toser o estornudar y evitar contacto cercano con otras personas que padecen infecciones respiratorias.
Hasta la fecha, no se ha descrito que los pacientes con enfermedades reumáticas que reciben inmunosupresores, corticoides o tratamientos biológicos presenten formas más graves de la enfermedad causada por el coronavirus. Tampoco los niños parecieran ser un grupo particularmente susceptible a este virus.
Les rogamos no tomen decisiones unilaterales con respecto a la suspensión del tratamiento y que cualquier duda consulten con su médico
Preguntas que pueden surgir en pacientes reumatológicos con o sin tratamiento:
Actualmente, no hay datos específicos sobre la infección por COVID-19 en pacientes con enfermedad reumatológica o inmunosupresión.
Todos los pacientes deben hablar con su reumatólogo antes de suspender cualquiera de sus medicamentos. No hay datos sobre la influencia de estos medicamentos en COVID-19. Por tanto, y mientras no haya datos sobre la influencia de este tipo de medicación, los pacientes que toman dichos tratamientos deberían seguir la norma habitual e interrumpir la terapia solo si se producen episodios de infección o consejo de su reumatólogo.
Actualmente no hay medidas profilácticas o terapéuticas más allá de los cuidados de apoyo recomendados para este virus. Se están llevando pruebas para posibles terapias en varios países, y también se está avanzando el trabajo para desarrollar una vacuna. Sin embargo, no está claro cuándo estará todo esto disponible.
El Ministerio de Salud de la Nación así como otras fuentes han subrayado la importancia de la higiene de las manos, con un lavado frecuente y eficaz, así como evitar contacto con personas enfermas, especialmente las que están tosiendo o estornudando.
No se recomienda el uso rutinario de barbijos por parte de personas no infectadas. Sólo se ha demostrado que los barbijos pueden dar a los pacientes una falsa sensación de seguridad y disminuir otras medidas de protección. Sin embargo, los pacientes sospechosos de tener el virus deben usarlos para evitar la transmisión.
El lavado de superficies potencialmente infectadas con desinfectantes antivirales específicos de grado hospitalario también puede limitar la propagación de este virus. Solo seguir las indicaciones oficiales y estar alerta con las noticias falsas que pudieran circular (fake news)
Asegúrese tener todas las vacunas al día, incluidas las vacunas contra la gripe estacional, la neumonía y la vacuna INACTIVADA del herpes zóster (la vacuna para el herpes zóster indicada en pacientes con enfermedades reumáticas es la vacuna a base de antígenos inactiva dos y se recomienda en mayores de 50 años).
Los pacientes deben emplear lavado frecuente de manos y evitar tocarse la cara o las mucosas.
No asistir a lugares concurridos
Teniendo en cuenta que el Coronavirus (COVID19) tiene una gran capacidad de transmisión, para minimizar la exposición al virus de los pacientes con enfermedades reumáticas con tratamientos biológicos o inmunosupresores, sería recomendable que estos pacientes concurran a centros de salud o a la consulta médica solo si lo creen necesario, priorizando los métodos virtuales de consulta y adquisición de medicamentos mientras dure la alerta sanitaria.
El aislamiento social a los mayores de 65 años y la minimización de los contactos sociales debe observarse.
Revise de contar con su medicación con el tiempo oportuno. ¡QUE NO LE FALTE!.
Ante cualquier consulta, duda o síntoma consulte a su médico.
Puede consultar las normativas generales el Ministerio de Salud de la Nación en este enlace https://www.argentina.gob.ar/salud/coronavirus-COVID-19
Datos basados en Ministerio de Salud de República Argentina, American College of Rheumatology y Sociedad Española de Reumatología
La Sociedad Argentina de Reumatología impulsa el proyecto de «Adaptadores accesibles para Mejorar la Calidad de Vida de pacientes con enfermedades reumáticas» con el fin de universalizar la producción y acceso a los mismos a través de la tecnología de impresión 3D. Mirá el video:
La balneoterapia hace referencia a un conjunto de tratamientos alternativos que son coadyuvantes de la medicina tradicional. Aunque el uso de agua con usos terapéuticos se remonta a Hipócrates, la fama de la balneoterapia se dio entre los siglos XVIII y XIX, cuando empezaron a aparecer los primeros balnearios.
Desde entonces y hasta la fecha, se encontró que el agua, el lodo, las piedras y las sales minerales pueden ayudar a promover el alivio de varias enfermedades.
Buenos Aires, julio 2018.- Ya sea por confusión o desconocimiento, muchas personas no saben distinguir la artrosis de la artritis. Si bien ambas son enfermedades reumáticas, sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento son diferentes.
Normalmente, los huesos no se friccionan ya que están recubiertos por un tejido cartilaginoso, firme y elástico. Las propiedades de este tejido y las del líquido sinovial permiten “almohadillar y lubricar” las articulaciones, facilitando su normal desplazamiento.
En la artrosis el cartílago se desgasta (degenera) en forma progresiva y lenta, produciendo un daño mecánico, y forma lo que comúnmente se conoce como “picos de loro”, es decir un sobrecrecimiento del hueso, o quistes (pequeños orificios). Éstos pueden observarse en las radiografías. “Esta enfermedad crónica puede presentar algún grado de inflamación e hinchazón. Algunos factores que pueden favorecer su aparición son: el envejecimiento, el sobrepeso, la sobrecarga y la predisposición genética”, explicó la Dra. Alejandra Babini, Jefa de reumatología del Hospital Italiano de Córdoba. Las mujeres tienen mayor posibilidad de presentar artrosis de manos y rodillas, a diferencia de los hombres, en quienes es más frecuente la artrosis de cadera.
Por otra parte, la artritis reumatoidea produce un daño inflamatorio. Si bien también es una enfermedad reumática crónica, difiere mucho de la artrosis ya que es autoinmune y, aunque afecta principalmente las articulaciones, puede comprometer otros órganos del cuerpo. “El sistema inmune deja de reconocer nuestros tejidos y, en consecuencia, produce una respuesta inflamatoria defensora, por ello aparece el dolor, la hinchazón y la rigidez en las articulaciones. Si no es tratada a tiempo produce destrucción de las articulaciones, discapacidad física y alteración de la calidad de vida”, aseguró la especialista.
La rigidez por la mañana, el dolor y la hinchazón articular, son los principales síntomas de la artritis reumatoidea. Algunos pacientes también pueden presentar debilidad generalizada, fatiga y, con menor frecuencia, fiebre. Pueden pasar 2 o 3 horas hasta lograr movilizarse con más soltura, necesitando ayuda de otra persona o de un objeto para incorporarse. A medida que transcurren las horas los síntomas suelen disminuir permitiendo el movimiento, pero retornan nuevamente tras el reposo prolongado. En cambio, la artrosis, que en general afecta a menos articulaciones, se presenta con dolor y rigidez hacia el final del día, tras el uso y la sobrecarga. Dependiendo de la articulación comprometida y la etapa de la enfermedad, pueden aparecer crujidos e inflamación.
Diagnóstico: clave para lograr una mejora en la calidad de vida
El diagnóstico de la artrosis se determina a través de la evaluación clínica de los síntomas y del examen físico, a diferencia de la artritis reumatoidea que requiere de estudios de sangre y de radiología y/o ecografía. La Dra. Babini afirmó: “hace aproximadamente 20 años veíamos diez sillas de ruedas en la sala de espera. Hoy, gracias a la difusión de información, los pacientes entienden la importancia de consultar ante los primeros síntomas para recibir un diagnóstico temprano y así, un tratamiento adecuado”.
Si bien no existe cura para estas enfermedades, es el especialista reumatólogo quien indicará el tratamiento adecuado para reducir el dolor, controlar la enfermedad y evitar la aparición de deformaciones y de discapacidad.
“Para controlar el dolor de la artrosis utilizamos analgésicos y antiinflamatorios. Podemos trabajar en la corrección de la postura, indicar rehabilitación y aumentar la tonicidad muscular para mejorar el movimiento de la articulación”, puntualizó la experta. El progreso de la enfermedad no puede detenerse pero sí controlarse. “En la artritis, la inflamación se trata con medicación específica modificadora de la enfermedad para corregir el daño inmunológico que provoca y así, frenar la evolución. Si no se logran resultados mediante las drogas de tipo sintético, debemos avanzar con la utilización de biológicos o pequeñas moléculas”, finalizó la Dra. Babini.
Fuente: http://www.reumaquiensos.org.ar
La obesidad es uno de los factores que provoca la artrosis, y por otra parte hace que esta progrese más rápidamente. Si tenés sobrepeso u obesidad, es importante que regules tu peso, sin necesidad de realizar dietas especiales. Una dieta baja en calorías te ayudará a bajar de peso y así evitar que tus rodillas sufran más de lo debido.
En general, el calor es más beneficioso en la artrosis. Se puede aplicar de forma casera, con una almohadilla eléctrica o una bolsa de agua caliente colocadas sobre la articulación dolorosa. El calor alivia el dolor y relaja la musculatura. Si la articulación esta muy inflamada es útil aplicar frío local con hielo o gel frio.
Tu médico o reumatólogo debe ser quien decida, en cada momento de la enfermedad, qué medicamento es el más adecuado.
Evitá sentarte en sillones o sofás hundidos o muy blandos. Utilizá sillas con respaldo recto, donde tu cadera y rodillas mantengan una posición natural, siempre con los pies en contacto con el suelo.
El ejercicio protege la articulación y aumenta la fuerza de nuestros músculos. Disminuir al máximo la movilidad, hace que la persona con artrosis se convierta en dependiente de los demás. Es bueno caminar, ir en bicicleta y practicar la natación. No lo son así, los deportes de contacto o de gran sobrecarga física. Existen también ejercicios específicos para cada articulación que esté afectada por la enfermedad.
La artrosis es una enfermedad que cursa con periodos intermitentes de dolor, y durante las fases con mayor dolor el reposo relativo es beneficioso. También es bueno intercalar pequeños periodos de reposo durante las actividades de la vida diaria.
No cargues demasiado peso. Tratá de caminar siempre por caminos regulares, y evitá estar de pie durante mucho tiempo sin descansar. Si vas a hacer compras, utilizá un changuito, no bolsa.
Si tenés artrosis lumbar, de cadera o de rodillas, es fundamental el uso de un calzado de suela gruesa que absorba la fuerza del impacto del pie contra el suelo al caminar. También se pueden utilizar plantillas o taloneras de silicona que se colocan en los zapatos. No uses zapatos con demasiado taco.
La artrosis, a pesar de todo, permite mantener una vida personal y familiar completa, con muy escasas limitaciones. En los casos más avanzados y de peor evolución, existen tratamientos quirúrgicos que pueden solucionar el problema. La artrosis per se no afecta la vida y los progresos en su investigación y tratamiento son continuos.
Fuente: Fundación Española de Reumatología
La artrosis de cadera consiste en el deterioro del cartílago de la articulación de la cadera. Es bastante frecuente, aunque no tanto como la artrosis de rodillas o manos. Es propia de personas mayores, aunque puede aparecer antes de los 50 años, siendo excepcional en jóvenes. En la artrosis de cadera el dolor se localiza en la zona de la ingle. En ocasiones, el dolor baja por la cara anterior del muslo y también puede doler la rodilla, lo que puede hacer pensar al paciente que el problema está en la rodilla.
La artrosis cervical se produce cuando se lesiona o degenera el cartílago de las articulaciones de la columna cervical. Es muy frecuente en personas mayores a 50 años y en muchas ocasiones pasa desapercibida dado que no produce síntomas, siendo el síntoma más frecuente el dolor del cuello. Además, los pacientes con cervicoartrosis suelen referir rigidez que dura poco tiempo y mejora con el movimiento. En algunas ocasiones, la cervicoartrosis es asintomática y se diagnostica como un hallazgo al realizar radiografías de la columna cervical por otro motivo.
La articulación de la rodilla la forma el fémur, por una parte, y por otra, la tibia y el peroné. Estas superficies están tapizadas por el cartílago articular. La artrosis de rodilla se caracteriza por el deterioro paulatino de este cartílago y conduce a la aparición de dolor con la actividad física, incapacidad variable para caminar y permanecer de pie, así como a deformidad progresiva de la rodilla. En general, es propia de personas mayores, aunque puede aparecer antes de los 50 años, siendo excepcional en jóvenes. Al igual que en otras zonas, los síntomas más frecuentes son dolor, rigidez, deformidad y pérdida de funcionalidad. Es característico de la artrosis de rodilla tener dolor y rigidez al intentar levantarse, después de estar un rato sentado. Este dolor y rigidez desaparecen inicialmente con los primeros pasos, pero reaparece tras caminar una distancia mas o menos variable. El dolor va cediendo poco a poco con el reposo.
La artrosis de mano se produce por un desgaste del cartílago de las articulaciones de la mano. Suele producir dolor, rigidez, dificultad para mover los dedos y deformidad. La edad de inicio habitualmente es entre los 40 y los 50 años, aunque hay casos de comienzo más tardío. Es más frecuente en mujeres, aunque puede presentarse en ambos sexos.
La artrosis lumbar se produce cuando se lesiona o degenera el cartílago de las articulaciones de la columna lumbar, que está formada por cinco vértebras que se sitúan en la espalda, entre las costillas y la pelvis. La unión entre las vértebras contiguas se realiza mediante varias superficies articulares cubiertas por cartílago. Cuando ese cartílago se desgasta, se produce la artrosis lumbar. Se manifiesta con dolor, rigidez y limitación de la movilidad. El síntoma más frecuente de la artrosis lumbar es el dolor de características mecánicas, esto es, que aparece con el movimiento y la sobrecarga lumbar y mejora con el reposo. Generalmente, el dolor se localiza en la propia columna lumbar, pero en ocasiones también puede producir dolor “irradiado”, es decir, localizado en zonas próximas como en la nalga o en la cara posterior y lateral del muslo. La artrosis lumbar también puede ser asintomática, es decir, no produce ningún síntoma y se diagnostica de manera fortuita al realizar radiografías lumbares por otros motivos.
Fuente: Fundación Española de Reumatología
El tipo más frecuente de dolor de espalda es el mecánico. Las personas que lo padecen suelen describirlo como un dolor “pulsátil” (caracterizado por pulsaciones rítmicas) o “sordo” (de manera constante). También suele empeorar con el movimiento y se alivia con el reposo.
El dolor de espalda mecánico puede afectar a numerosos aspectos de la vida y su causa suele ser una distensión muscular o un traumatismo; no obstante, es importante obtener un diagnóstico correcto lo antes posible.
Puedes obtener más información acerca de las características frecuentes y los diferentes tipos de dolor mecánico, que se explican a continuación, o bien contestar a las 5 preguntas para descartar que es un dolor inflamatorio.
En alrededor de 1 de cada 20 personas con dolor de espalda crónico, el dolor es de origen inflamatorio. Éste puede afectar a la calidad de vida de muchas maneras.
A menudo se confunde este tipo de dolor con un dolor mecánico1. Hay varias enfermedades que pueden provocar dolor de espalda inflamatorio, algunas de las cuales resultan difíciles de diagnosticar. Los adelantos científicos de los 10 últimos años han conseguido que hoy en día se identifiquen y manejen mejor estas enfermedades.
Es importante un diagnóstico a tiempo, porque algunas de las causas de dolor de espalda pueden empeorar si no se tratan en el momento adecuado. El ejercicio o los analgésicos pueden aliviar de forma temporal los síntomas, pero sigue siendo importante acudir al médico para que establezca un diagnóstico correcto y un plan de manejo a largo plazo.
Las Células Madre mesenquimales o células estromales son células progenitoras aisladas principalmente de la médula ósea adulta y del tejido adiposo. Las Células Madre también están presentes en la mayoría de los tejidos adultos. Esto incluye los músculos, tejido sinovial, tejido placentario y los dientes. Las dos últimas localizaciones permiten una recolección más fácil y por lo tanto una extensión de su uso.
Cada una de sus propiedades podrían tener aparentemente futuras aplicaciones terapéuticas en diversas enfermedades.
Recientemente se ha demostrado que las Células Madre tienen capacidades inmunosupresoras, inmunomoduladoras y curativas (regeneración de tejidos). En este sentido, lo que se está estudiando la posibilidad de tratar con Células Madre mediante aplicaciones de ingeniería de tejidos, incluyendo la reparación de hueso y cartílago, debido a su potencial para diferenciarse en diferentes linajes como condrocitos, osteoblastos o adipocitos.
La osteoartritis (OA) es una enfermedad multifactorial, bastante limitante. Puede afectar tanto a las articulaciones portadoras de peso como las rodillas y las articulaciones no portadoras como las manos. A pesar de su elevada frecuencia en la población adulta no se dispone aún de fármacos totalmente eficaces que modifiquen el curso de la misma. La osteoartritis conduce a la degeneración progresiva del cartílago, la esclerosis del hueso subcondral con formación de osteofitos y quistes subcondrales. La osteoartritis severa causa dolor crónico, rigidez, deformación y derrame. Esto reduce la función y la calidad de vida.
La razón de usar la inyección local de Células Madre para inducir la regeneración de cartílago con osteoartritis se basa en un primer estudio in vivo en un modelo caprino donde los factores secretados por CM aumentaron la producción de matriz de cartílago por los condrocitos.
Recientemente, nuevos estudios han proporcionado interesantes datos sobre modelos animales (ratones, conejos…) mostrando disminución de la inflamación y regeneración del cartílago.
En humanos, no se han publicado estudios controlados todavía. Hay estudios en fases MUY TEMPRANAS. los mismos están en progreso y los resultados preliminares muestran una excelente tolerancia a la inyección local. Sin embargo, debido al bajo número de pacientes y la ausencia de un grupo control, es demasiado pronto para sacar conclusiones de beneficio clínico.
En Artritis Reumatoidea, Síndrome de Sjogren y esclerodermia se han evaluado las propiedades inmunosupresoras de las Células Madres. Los estudios fueron realizados en animales y en algunos casos de pacientes afectados por estas enfermedades. Los datos son OBSERVACIONALES. Hoy es muy temprano para dar una opinión formada sobre este tema desde el punto de vista meramente científico.
En conclusión podemos decir que las terapias celulares basadas en células madres representan estrategias innovadoras que podrían ser una alternativa para el tratamiento de enfermedades reumáticas. Los tratamientos actualmente disponibles son limitados y rara vez restauran las funciones completas del tejido. Varios estudios están en curso por lo que no podemos HOY tener una opinión formada al respecto.
Desde la Sociedad Argentina de Reumatología recomendamos NO someterse a estos tratamientos en lugares NO apropiados. Aún no hay estudios científicos que avalen su uso en pacientes reumáticos. Además es una técnica invasiva podría ser causa de complicaciones como las infecciones y otros eventos no esperados.